Hace 10 años, el río Sonora fue devastado por el derrame de lixiviados de la mina Buenavista del Cobre, propiedad de Grupo México.
Spoiler alert… las cosas siguen mal.
A pesar de fallos legales y órdenes de remediación, las comunidades afectadas todavía están esperando justicia.
Las claves del desastre en el río Sonora al día de hoy:
- Contaminación persistente: Afluentes del río Sonora aún contienen metales pesados como arsénico, plomo y cadmio.
- Impacto humano: Enfermedades graves como cáncer y Parkinson se han disparado en las comunidades afectadas.
- Fideicomiso inconcluso: Grupo México cerró el fondo de remediación en 2018, dejando tareas clave sin realizar.
- Acción urgente requerida: SEMARANAT promete incluir a comunidades en el plan, pero falta obligar a la empresa a cumplir con los fallos legales.
- Demandas claras: Se necesitan ya plantas potabilizadoras, un hospital especializado para las víctimas y la rehabilitación de tierras agrícolas en la región.
El daño al ecosistema y a las personas es gigantesco. Metales pesados siguen en los afluentes del río, y las enfermedades como insuficiencia renal, cáncer y Parkinson van en aumento.
El fideicomiso, originalmente destinado a reparar los daños, fue cerrado unilateralmente en 2018 por Grupo México, tras gastar menos del 60% de lo comprometido, que estaba calculado en 2,000 millones de pesos en ese entonces.
Hoy, las afectaciones están valuadas en más de 20 mil millones de pesos, y los Comités de Cuenca Río Sonora exigen su reapertura, junto con la implementación de plantas potabilizadoras y un hospital especializado para las víctimas.
La SEMARNAT, hoy encabezada por Alicia Bárcena, se ha comprometido a revisar los juicios y garantizar la participación de las comunidades en el plan de remediación. Sin embargo, aún no se menciona cómo se obligará a la empresa a cumplir con su parte.
Las comunidades insisten: ya no pueden esperar más. Este desastre ambiental es un recordatorio del impacto de la negligencia corporativa y la inacción gubernamental.