La mariposa Monarca a un paso de ser declarada especie amenazada en Estados Unidos. 

Una decisión que busca frenar la drástica disminución de su población y que entrará en vigor a finales de 2025.

La mariposa monarca, conocida por sus increíbles migraciones y su cautivadora belleza, está enfrentando una de las mayores crisis de su historia. El Servicio de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos (USFWS) ha propuesto incluirla en la lista de especies amenazadas, un paso necesario ante el alarmante declive de sus poblaciones. Este ícono de la naturaleza recorre miles de kilómetros cada año, viajando desde Canadá y Estados Unidos hasta los bosques de oyamel en México, donde hiberna durante el invierno. Su ciclo migratorio no solo es una maravilla natural, sino también una pieza clave para los ecosistemas y las comunidades que dependen de estos entornos para el ecoturismo y la conservación.

La propuesta del USFWS se formalizará el 12 de diciembre, abriendo un periodo de comentarios hasta marzo. Si se aprueba, hacia finales de 2025 la mariposa monarca contará con protección oficial bajo la Ley de Especies en Peligro de Estados Unidos. Esto permitirá implementar medidas concretas para preservar su hábitat, como limitar actividades que afecten su supervivencia, destinar recursos a su conservación y coordinar esfuerzos internacionales. Aunque la clasificación como especie amenazada restringirá ciertas prácticas perjudiciales, también prevé excepciones para actividades agrícolas e infraestructuras esenciales.

El declive de la monarca tiene múltiples causas. El cambio climático, la pérdida del algodoncillo –planta crucial para sus orugas–, la deforestación y el uso intensivo de pesticidas han reducido drásticamente su población. Según organizaciones como la Federación Nacional de Vida Silvestre, la nueva designación fortalecerá los esfuerzos de restauración de hábitats, investigación científica y educación ambiental, mientras promueve la recuperación de ecosistemas clave donde conviven otras especies.

En México, el simbolismo de la monarca es especial. Su llegada anual a los santuarios de Michoacán y el Estado de México, declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, es un espectáculo que atrae a miles de turistas. Estas áreas protegidas generan ingresos vitales para las comunidades locales y fomentan el ecoturismo, demostrando que la conservación puede ir de la mano con el desarrollo sostenible. Proteger a la monarca también significa salvaguardar los bosques de oyamel y la biodiversidad que depende de estos ecosistemas únicos.

El destino de la mariposa monarca trasciende fronteras, uniendo a México, Estados Unidos y Canadá en un esfuerzo conjunto para preservar una de las migraciones más asombrosas del reino animal. La declaración como especie amenazada no solo busca revertir su declive, sino garantizar que generaciones futuras puedan maravillarse con su travesía, símbolo de la conexión entre la naturaleza y la humanidad. Salvaguardar a la monarca es proteger nuestra riqueza natural y cultural compartida.