Micorremediación: cuando los hongos limpian lo que el ser humano ensució

En México, más del 60% de los suelos agrícolas muestran algún grado de degradación. Las razones: uso excesivo de agroquímicos, monocultivos, sobrepastoreo y deforestación. El suelo —ese delgado y frágil manto que sostiene toda la vida terrestre— se empobrece, pierde nutrientes, y con él, lo hace también nuestra comida.

Y lo que llega al plato refleja esa pérdida: alimentos con menos minerales, menos sabor y menos poder nutritivo, cultivados en tierras que alguna vez fueron fértiles. Por si fuera poco, muchas de estas tierras están contaminadas por residuos industriales, metales pesados o plásticos que, lejos de desaparecer, se quedan ahí durante décadas.

En este escenario de crisis silenciosa, aparece un aliado inesperado: los hongos.

Micorremediación: un superpoder subterráneo

La micorremediación es la capacidad que tienen ciertos hongos de descomponer contaminantes y regenerar ecosistemas dañados. A través de su micelio —una red invisible que crece bajo tierra— estos organismos liberan enzimas que degradan sustancias tóxicas como hidrocarburos, pesticidas, plásticos o metales pesados, transformándolas en compuestos menos dañinos o incluso útiles.

Es una forma de limpieza biológica, sin máquinas ni reactores. Solo vida trabajando con vida.

Usos posibles en la agricultura y la industria

En el campo, los hongos ayudan a revitalizar suelos empobrecidos, devuelven fertilidad y propician una agricultura más sostenible. Proyectos en Oaxaca ya han demostrado cómo residuos como el bagazo de maguey o el rastrojo de maíz pueden servir de sustrato para cultivar Pleurotus ostreatus (hongo ostra), y luego reincorporarse al suelo como abono enriquecido.

En la industria, también hay magia (de la buena): investigadores en la Ciudad de México lograron transformar pañales desechables en hongos comestibles gracias a este mismo hongo. En Ecuador, otras especies han demostrado la capacidad de descomponer plásticos en condiciones sin oxígeno. 

Y como estos, hay más casos de hongos trabajando donde nada más podría.

¿Y en México? Tierra fértil para la revolución fúngica

Pocas personas lo saben, pero México es el país más biodiverso del mundo en especies de hongos. Se estima que podrían existir más de 200 mil especies, pero solo conocemos entre el 5 y 10%. Y aún con esa pequeña fracción, ya hemos encontrado hongos que limpian, que curan, que alimentan y que regeneran.

Esto no es un dato curioso: es una llamada de atención.

Urge proteger nuestros bosques y su biodiversidad micológica. Urge fomentar la investigación, el cultivo y el uso responsable de los hongos en México.

El micólogo Johan Mathieu lo sabe bien. A través del Consejo Mexicano del Hongo, ha capacitado a comunidades rurales para cultivar hongos con residuos agrícolas y transformarlos en alimento, medicina y suelo fértil. Es ciencia aplicada con las manos, los pies en la tierra, y una visión regenerativa.

“Cuando cultivamos hongos en el campo con residuos locales, no solo hacemos comida: hacemos ciencia comunitaria, reparamos suelos y reconstruimos futuros”, dice Johan.

Un aliado contra el colapso… que no necesita WiFi

Frente a océanos de plástico, ríos contaminados y campos erosionados, necesitamos tecnologías vivas. Y la micorremediación no solo ofrece una solución técnica: ofrece un nuevo paradigma, uno que honra la inteligencia de la naturaleza y nos invita a colaborar con ella en vez de explotarla.

Los hongos estaban aquí mucho antes que nosotros. Tal vez también estén aquí para ayudarnos a quedarnos un poco más.

Una biofábrica que transforma problemas en soluciones

Además de limpiar, los hongos producen metabolitos secundarios: compuestos bioactivos que pueden servir como antibióticos, antivirales, reguladores hormonales o incluso fertilizantes naturales. Algunos de ellos ya están en uso en la medicina y la agricultura, otros apenas están siendo estudiados.

Y lo más asombroso: como los hongos están más emparentados con los humanos que con las plantas, muchas de sus defensas funcionan también en nuestros cuerpos. El futuro de la salud y la ecología puede venir cubierto de esporas.

¿Quieres verlo con tus propios ojos?

Este sábado 19 de abril, Johan Mathieu estará en el Festival Spora en Chapultepec impartiendo la conferencia: “El potencial de la Micología”.

Un espacio donde ciencia, regeneración y hongos se encuentran para imaginar el futuro desde abajo… literalmente.

¡No se lo pierdan! ¡Ahí nos vemos!

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