Fracasan negociaciones de la ONU para un tratado global contra la contaminación plástica

Los países petroleros se opusieron a limitar la producción de plásticos; las discusiones se aplazarán hasta 2025.

Las negociaciones para un tratado global contra la contaminación plástica se atoraron en la INC-5 de la ONU, celebrada en Busan, Corea del Sur.

177 países no lograron ponerse de acuerdo en qué tan estrictas serán las reglas, cómo se financiará el tratado o cómo resolverán los conflictos entre naciones. Todo quedó aplazado hasta 2025, mientras el plástico seguirá contaminando a pesar de su impacto en ecosistemas y salud humana.

Más de 100 países, incluyendo miembros de la Unión Europea y numerosas naciones latinoamericanas, abogaron por limitar la producción de plásticos como medida esencial para frenar la creciente crisis de contaminación. Sin embargo, países productores de petroquímicos y combustibles fósiles, como Arabia Saudita, Rusia, Kuwait e Irán, se opusieron firmemente a esta propuesta. Estos países insisten en que el tratado debe centrarse únicamente en la gestión de residuos y la contaminación “aguas abajo”, y no en restringir la producción de plástico “aguas arriba”. Argumentan que el plástico aporta beneficios significativos a la sociedad y que limitar su producción afectaría negativamente a sus economías.

¿De qué va la discusión?

Se intentaron poner de acuerdo en si el tratado debe abordar sólo la contaminación plástica o también imponer límites a la producción. Los países que defienden la limitación de la producción señalan que, sin reducir la cantidad de plástico que se fabrica, será imposible controlar la contaminación que ya está afectando gravemente a los ecosistemas terrestres y marinos, y que representa un riesgo para la salud humana debido a la presencia de microplásticos en alimentos, agua y aire.

La falta de consenso impidió alcanzar un acuerdo que habría sido el más significativo en protección ambiental desde el Acuerdo de París de 2015. Ahora, las negociaciones se reanudarán en 2025, pero expertos advierten que el retraso agrava la crisis de contaminación plástica global. Además, el próximo año presenta un contexto más complicado debido al avance de populismos que rechazan políticas medioambientales y el posible cambio en la administración de Estados Unidos, que podría reducir su compromiso con temas ambientales.

El fracaso en alcanzar un acuerdo antes de fin de año representa un revés significativo en los esfuerzos globales por combatir la contaminación plástica. Se estima que la producción mundial de plástico es de 460 millones de toneladas anuales, con proyecciones que podrían triplicarse para 2050 si no se toman medidas efectivas. Sin un tratado que aborde tanto la producción como la gestión de residuos, la contaminación plástica seguirá aumentando, con consecuencias negativas para el medio ambiente y la salud pública.