Este anfibio boricua pasó de estar en peligro crítico de extinción a ser protagonista en el cortometraje de Debí Tirar Más Fotos. ¿El resultado? Un fenómeno global que podría salvarlo.
Un sapo bajo los reflectores
El nuevo álbum de Bad Bunny, Debí Tirar Más Fotos, no solo nos regaló joyas musicales que sí o sí te ponen a bailar, sino que también tiró los reflectores sobre el sapo concho. Este anfibio, endémico de Puerto Rico y en peligro crítico de extinción según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), protagoniza el cortometraje promocional del disco junto a Jacobo Morales, considerado como el director de cine más influyente en la historia de Puerto Rico.
En el corto, que ya supera las 13 millones de reproducciones, el sapito se echa una deep talk sobre la gentrificación y los cambios en su barrio. Con esto, el sapo concho se ha convertido en un símbolo de la lucha por la conservación de especies que, como él, están al borde de desaparecer por el cambio climático, la destrucción de hábitats y especies invasoras como el sapo común. Según Rafael Joglar, herpetólogo puertorriqueño, esta exposición mediática es una oportunidad única para educar sobre la biodiversidad y los peligros que enfrentan estos animales.
Los anfibios como guardianes del planeta
Además de ser adorables, los anfibios son esenciales para los ecosistemas: controlan plagas, mantienen el equilibrio en las cadenas tróficas y actúan como bioindicadores ambientales. Sin ellos, los ecosistemas colapsan. Sin embargo, cuatro de cada diez especies están en riesgo de desaparecer, según un estudio de Nature.
En Puerto Rico, ya se han extinguido tres especies nativas y varias más están al borde. El sapo concho tiene un papel crucial, pero su futuro sigue siendo incierto. A través del Proyecto Coquí, científicos han trabajado por décadas en su conservación, aunque los recursos económicos y políticos son limitados.
Con su álbum, Bad Bunny ha logrado lo que décadas de activismo no habían conseguido: que el mundo hable del sapo concho y de los anfibios en peligro. Entre música y conservación, Benito demostró que incluso el reguetón puede salvar al planeta.